Literatura no realista

La ficción, como hemos visto, consiste en una simulación de la realidad que se realiza en una obra literaria, cinematográfica, historietística, e incluso, en videojuegos. 

De acuerdo al tipo de simulación que realizan estas obras, podríamos hablar de ficción realista y no realista. 

La ficción realista consiste en obras  que de alguna manera respetan las leyes de lo que entendemos como lógico, posible, natural. 

En la ficción no realista, en cambio, se asume al menos la posibilidad de la existencia de elementos que rompan las leyes de lo que entendemos como lógico, posible, natural. En los mundos posibles que genera la ficción no realista, esas leyes se suspenden por un momento o simplemente son sustituidas por otras. Así es que entendemos como natural la existencia de la magia en "Harry Potter", la existencia de aliens malignos en "La guerra de los mundos", o los vampiros en "Crepúsculo". 

El teórico Tzvetan Todorov distingue tres tipos de Literatura no realista, que podemos aplicar también a otros tipos de obras de ficción, como el cine, o el cómic.

Literatura de lo extraño: en este tipo de ficción aparece un elemento aparentemente sobrenatural, pero al final una explicación lógica nos devuelve al realismo. Puede que todo se haya tratado de un sueño, una alucinación o ilusión, o un malentendido. Un ejemplo de este tipo de Literatura es el cuento "Los crímenes de la calle Morgue", de Edgar Allan Por, en que, SPOILER ALERT , un simio era quien había cometido la serie de crímenes aparentemente inexplicables que azotaban un barrio.

Literatura de lo fantástico: en lo fantástico aparece la duda: un elemento aparentemente ajeno a las leyes naturales conocidas, y en realidad no se presenta una explicación clara. No sabemos si existe una explicación lógica para ese elemento aparentemente sobrenatural, o por el contrario, una explicación sobrenatural. Esa tensión es muchas veces vivida también por los personajes, aunque no siempre (en "Casa tomada" de Julio Cortázar, los protagonistas en ningún momento se preguntan qué es lo que está tomando su casa, al punto de que ni siquiera nombrarlo. Quienes leemos podemos asumir tanto como el hecho de que estén locos y hayan alucinado o incluso fingido todo, o, por el contrario, la existencia de un algo que escape a la lógica de nuestro mundo).

 Todorov proponía que “lo fantástico” ocupa el tiempo de esta incertidumbre; en cuanto se elige una respuesta u otra, se abandona lo fantástico para entrar en un género vecino: lo extraño o lo maravilloso. Lo fantástico es la vacilación que experimenta un ser que sólo conoce las leyes naturales ante un acontecimiento que aparentemente resulta sobrenatural. 

Literatura de lo maravilloso: en este tipo de ficción, tanto los personajes como las personas que leen o consumen la obra asumen que las leyes que rigen ese mundo posible son diferentes de las nuestras. Así, en Harry Potter nadie discute la existencia de la magia, o en Crepúsculo debemos asumir la existencia de los vampiros.