FIGURAS LITERARIAS: REPASO
1.
Figuras Literarias 1. La comparación.
"Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa". Alejandra Pizarnik, "La palabra que sana".
Las figuras literarias son formas particulares de usar el lenguaje, en las que nos alejamos del uso habitual de las palabras a partir de formas fónicas, gramaticales o semánticas. Usualmente no las usamos de forma "consciente" en nuestra escritura, y es posible que alguien escriba un texto maravilloso sin tener un conocimiento previo demasiado profundo de ellas. Sin embargo, al igual que cuando hablamos del ritmo y la musicalidad, una visión atenta a determinados fenómenos relacionados con lo literario nos da "poder" sobre nuestro texto y nuestro proceso, sea en la instancia misma de la escritura o en un momento posterior.
Dentro de las figuras que se relacionan con el campo semántico (el significado) de las palabras, podemos decir que la metáfora y sus variantes ocupan un lugar privilegiado. Para comprenderla mejor partiremos desde la comparación (o símil), que implica una ruptura "menos radical" que la metáfora en cuanto al uso habitual del lenguaje.
En la COMPARACIÓN, se establece una similitud artificial entre dos elementos. Uno que llamaremos "real" (E.R.),por estar presente en la realidad evocada por el texto (no necesariamente la nuestra) y otro elemento que llamaremos "ficcional", (E.F.) que es traído a la realidad textual para aportar características al elemento real. Dada que la relación entre estos dos elementos es de similitud, estos dos elementos aparecen relacionados por un NEXO COMPARATIVO (cómo, cómo si fuera, tal, parecido a, etc).
Podemos observar el uso de la comparación, unido a la anáfora y el paralelismo, en este poema de Idea Vilariño.
El día va creciendo hacia ti como un fuego
desde el alba desnuda demudada de frío.
El día va creciendo hacia ti como un fuego,
como una flor de carne celeste, como un río.
El día va creciendo hacia ti como un fuego
y cuando caes en mí los abismos me nombran.
El día va creciendo hacia ti como un fuego.
Mar de olvido, profundo océano de sombra,
tú me haces también noche absoluta y sin ecos,
mar de olvido, profundo océano de sombra.
Tú ciernes dulcemente sobre mi cuerpo herido
mar del olvido, profundo océano de sombra
y voy siendo a medida que borras mi destino
mar de olvido, profundo océano de sombra.
En este poemas vemos cómo se parte de la misma comparación, que es desarrollada de formas diferentes a lo largo del poema, dándole ritmo y estructura.
En esta canción de Joaquín Sabina, sin embargo, vemos un efecto inesperado:
Como si llegaran a buen puerto mis ansias
Como si hubiera donde hacerse fuerte
Como si hubiera por fin destino para mis pasos
Como si encontrara mi verdad primera
Como traerse al hoy cada mañana
Como un suspiro profundo y quedo
Como un dolor de muelas aliviado
Como lo imposible por fin hecho
Como si alguien de veras me quisiera
Como si al fin un buen poema me saliera
Una oración
Como si la arena cantara en el desierto
Los cantos de sirena del mar Muerto
Como si para crecer sobraran las escaleras
Como si escribiera un ciego un libro abierto
Ven a poblar el zócalo de ojos
Siembra de migas de pan caliente
Mis canas de alcanfor adolescente
Ponle al sordo voz y alas al cojo
Bendice nuestro arroz, nuestro minuto
Como si no fuéramos cómplices del luto
Del corazón
¿Qué puedes observar al respecto?
Intenta elaborar un texto jugando con comparaciones. No tiene por qué ser necesariamente un texto poético.
2.
La metáfora establece una equivalencia artificial entre un elemento real (presente o supuestamente presente en la realidad construida por el texto, pero no siempre presente en el texto) y un elemento ficcional, que el emisor "trae" al texto para atribuirle sus características al elemento real. De esta manera, el movimiento semántico que propone la metáfora es más radical que el de la comparación o símil: establece que esos elementos son equivalentes, idénticos, al punto que se corresponden, mientras que la comparación establece solamente una semejanza.
Desde el punto de vista lógico, la metáfora establece:
Elemento Real = Elemento ficcional
O, en muchos casos: Elemento Ficcional (sustituyendo a Elemento Real).
Podemos observar el primer tipo de metáfora en poemas como "El mar no es más que un pozo" de Idea Vilariño, y la "Copla III" de "Coplas por la muerte de su padre" de Jorge Manrique.
El mar no es más que un pozo
(Idea Vilariño)
El mar no es más que un pozo de agua oscura,
los astros sólo son barro que brilla,
el amor, sueño, glándulas, locura,
la noche no es azul, es amarilla.
Los astros sólo son barro que brilla,
el mar no es más que un pozo de agua amarga,
la noche no es azul, es amarilla,
la noche no es profunda, es fría y larga.
El mar no es más que un pozo de agua amarga,
a pesar de los versos de los hombres,
el mar no es más que un pozo de agua oscura.
La noche no es profunda, es fría y larga;
a pesar de los versos de los hombres,
el amor, sueño, glándulas, locura.
III
(Jorge Manrique)
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir,
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Cuando las metáforas conforman un sistema lógico que configura una realidad más compleja a través de sus equivalencias, conforman una Alegoría.
Cuando la metáfora oculta su elemento real, opera transformando la realidad mediante la traslación de significados. En este poema de Francisco de Quevedo, las imágenes y las metáforas materializan una idea tan abstracta como es el amor después de la muerte.
Amor constante, más allá de la muerte
Francisco de Quevedo
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
***
En el caso de la imagen literaria, el emisor usa un lenguaje descriptivo capaz de crear representaciones mentales que estimulan nuestros cinco sentidos y nuestras respuestas emocionales. Es una forma de "hacer pasar por el cuerpo" lo comunicado, generando una reacción en quien lee. Muchas veces se manifiesta junto a otras figuras literarias como la metáfora, la comparación, la metonimia.
El poeta habla por teléfono con el amor
(Federico García Lorca)
Tu voz regó la duna de mi pecho
en la dulce cabina de madera.
Por el sur de mis pies fue primavera
y al norte de mi frente flor de helecho.
Pino de luz por el espacio estrecho
cantó sin alborada y sementera
y mi llanto prendió por vez primera
coronas de esperanza por el techo.
Dulce y lejana voz por mí vertida.
Dulce y lejana voz por mí gustada.
Lejana y dulce voz amortecida*.
Lejana como oscura corza herida.
Dulce como un sollozo en la nevada.
¡Lejana y dulce en tuétano metida!
Elegía
(Miguel Hernández)
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón
Sijé con quien tanto quería).
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
(10 de enero de 1936)
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